PAUTAS DE CRIANZA PARA PADRES: ¿CUALES SON?

Las pautas de crianzas son aquellos lineamientos que todo padre debe conocer para dirigir, educar, instruir a los hijos en la vida. Aunque no es una tarea sencilla, requiere paciencia, humildad, y dedicación.

La crianza como tal, abarca desde el nacimiento hasta la vejez, debido a que constituye el cuidado al hijo, así como la instrucción, lo que conlleva a ser una tarea, si bien comprometida, enormemente satisfactoria para los padres.

pautas de crianza

¿Qué es la crianza?

El termino crianza significa “producir una cosa de la nada o dar ser a lo que no tenía”, aunque también puede hacer referencia a el nombre que reciben las madres o amas de cría durante la lactancia. Todo lo anterior, se refiere a orientar, educar e instruir formando un vínculo afectivo.

La crianza de los hijos

Los padres son personas con experiencias, tradiciones, costumbres, pensamientos y proyectos distintos que están unidos por sentimientos y metas en común, en este caso, la crianza de los hijos.

Negociar acuerdos, plantear lineamientos y normas justas, adaptar sus propias costumbres para instruir a sus hijos requiere cooperación y conciliación de intereses. Lo que permite que la crianza funcione para sus hijos.

Pese a que cada niño es único como lo son sus necesidades y exigencias, se deben probar distintos métodos y alternativas que permitan cubrir las necesidades de todos los hijos y asimismo mantener la paz en el hogar.

Elementos para la crianza de los hijos

Algunos de los elementos que se debe tomar en cuenta en la crianza de los hijos son cultura y religión, puericultura científica y el sentido común:

Cultura y religión

La cultura y religión son elementos que se debe tener en cuenta al criar a un hijo, definir que aspectos se quieren recalcar y que otros se dejaran a la elección propia del niño. Estos aspectos son importantes, debido a que caracterizan a una familia o pueblo determinado.

Puericultura científica

Esto hace referencia a la guía de un grupo de profesionales certificados que permitan elaborar pautas o lineamientos para la práctica de la crianza. Esto incluye, pedagogos, psicólogos y pediatras.

Sentido común

Este es uno de los elementos más prácticos, el sentido común, esto puede darles a los padres ciertos bosquejos de acuerdo a experiencias y conocimientos previos de como debieran de criar a sus hijos.

Los elementos anteriormente expuestos deberían de cooperar y trabajar en conjunto para fortalecer las pautas de crianza, de manera que, si algún aspecto choca o no es adecuado, pueda compensarse rápidamente.

Pautas de crianza

Las pautas de crianzas son lineamientos que permiten integrar factores propios de los padres como cultura, experiencias y herencia, con pautas recomendadas por profesionales.

Estas pautas fomentadas por los profesionales se incorporan en el proceso para garantizar que el acompañamiento afectuoso, cabal e inteligente de los padres en la orientación de los hijos. A continuación, 10 pautas de crianza:

Estimular la autoestima

Los niños asumen como verdad absoluta todo lo que sus padres y miembros del hogar les inculquen o les enseñen a través de palabras o el ejemplo, por lo que prestar atención cuidadosa a estos detalles puede fortalecer o menguar su percepción de sí mismo.

Es entonces cuando palabras positivas como “lo haces muy bien” y “todos cometemos errores, te sigo amando” permiten comunicar al niño que, pese a errores, fracasos o un mal comportamiento, el padre lo ama, favoreciendo su autoestima.

Uno de los errores más comunes que cometen los padres y afectan la autoestima es la comparación con otros niños o sus hermanos, esto puede hacerlo sentir inútiles, desanimados y deprimidos.

Reconocer acciones positivas

Reconocer las acciones positivas que su hijo hace a diario, puede ayudarlo a mejorar su comportamiento a largo plazo. Alentar en vez de criticar, empleando las palabras y actitudes adecuadas en vez de palabras hirientes.

Por ejemplo, felicitarlo si hace cosas por si solo o cuando ayuda a un amigo, puede marcar la diferencia entre reconocer o no sus intenciones. Al ser estimulado por abrazos, caricias y elogios, el niño se sentirá satisfecho y capaz.

Tiempos de convivencia

Entre las ocupaciones que a diario nos embargan como padres podemos incurrir en no pasar tiempo o adoptar un tiempo específico para el compartir con los hijos. Esto debe ser corregido y restaurado, tomando espacios disponibles para la convivencia.

Muchos niños adoptan una actitud desafiante o rebelde, con el fin de llamar la atención de sus padres. Esto genera que su comportamiento sea cada vez sea más hostil aunado a las mentiras y palabrotas que lo acompañan.

Participar en actividades familiares fomentará el compartir, la intimidad y la confianza, además de disminuir roces o estrés acumulado.

Se dice que “los que pasan el tiempo juntos, comienzan a preocuparse por los intereses de los otros” y es que con el tiempo de calidad, afectos y experiencias se puede conocer aspectos de otros que puede compartir, disfrutar y participar.

Con esto, la invitación no es a renunciar al trabajo actual, sino coordinar tiempo y actividades que le permitan disfrutar de su hijo en el ahora.

El ejemplo del padre

Entre más pequeños sean los niños, más tienden a imitan lo que hacen sus padres y le siguen. Esto debe ser suficiente motivación para que cualquier padre se detenga y mida sus acciones. La felicidad y bienestar de un hijo a veces depende de cómo el padre se conduce y toma sus decisiones.

Cultivar el amor fraternal, respeto, cordialidad, tolerancia y paciencia pueden ser valores que le permitan al niño expresarse y valorar a otros. Por ejemplo, la generosidad puede ser fomentada cuando se le incita a compartir un juguete o dulce con otro. Este tipo de acciones debe ser notable en el padre también.

En medio de una sociedad con necesidades evidentes, cuando alguien pide un poco de agua o algún alimento, recuerda que tu hijo está observando y midiendo tus palabras y acciones. Actuar con sencillez, autenticidad y compasión, acompañadas de un argumento, puede ser el mayor ejemplo.

Límites y disciplina

Una de las formas en que un adulto pueda tener autocontrol es que desde la infancia pueda manejar ciertos criterios en cuanto a inteligencia emocional que le permite ejercerlo cuando la circunstancia lo a merite.

Establecer límites ayuda a saber que hacer y cuando, pero solo restringe el comportamiento del niño ante la sociedad dándole movilidad y libertad en cuanto a sus ideas y opiniones. Estas deben ser respetadas, valoradas y garantizadas por el adulto responsable.

En cuanto a la disciplina, debe ser justa y en la medida apropiada, sino se quiere frustrar, dañar o calar en su autoestima y desenvolvimiento natural. Todo quebrantamiento de los límites y normas deben tener una disciplina asociada que le permita mantener un orden en el hogar.

Ser consistentes en hacer cumplir los límites y disciplinas asociadas es lo que muchos padres fallan, comienzan ejerciéndolas, pero luego de varios días las olvidan, generando confusión e inestabilidad en el niño.

Comunicación efectiva

La comunicación efectiva esta dictaminada por los elementos apropiados como el mensaje, el receptor y el emisor, dejando a un lado cualquier posible interferencia.

Expresar las cosas en un lenguaje sencillo y claro permite que las partes se entiendan.
Los niños no van a hacer las cosas solamente porque se lo indiquemos de esa forma, educar con comprensión y criterio debe ser nuestro enfoque.

Integrar a los niños en la solución de conflictos y dales explicaciones sobre temas asociados a la familia, escuela o la vida cotidiana puede ayudarlos a fomentar un pensamiento abstracto.

Solicitar su opinión a temas del hogar como “queremos cambiar las cortinas, ¿qué color te gustaría? y ¿Por qué?” o cosas como “me gustaría pintar el dibujo de la casa de color azul, ¿qué opinas?”, pueden ir involucrándolos en las decisiones familiares y los ayudara en su integración.

Flexibilidad y adaptación

El estilo de crianza no debe ser rígido, es decir, de una forma definida, sino que esta va a irse adaptando al crecimiento, madurez y limitaciones que pueda tener el niño. Tener expectativas irreales puede llevar a que el niño se frustre y que todo le parezca prohibido e injusto.

Es allí cuando los lineamientos de crianza deben ser flexibles, e ir cambiando con el tiempo, permitiendo que el niño pueda tener libertades, mientras se fomenta su independencia y autocontrol.

Entre esos cambios se pueden reestructurar aspectos en el hogar que permitan que hallan menos cosas injustas o hacer cambios en horarios.

Esto no deja a un lado la disciplina inherente al quebrantamiento de límites, sino precisa de negociar ciertos acuerdos para favorecer la convivencia.

Demuestre el amor

En las distintas etapas que conlleva a la crianza se debe demostrar amor incondicional a los hijos y durante todo el proceso en sí. Este es el componente esencial para que los límites, disciplinas y pautas se den debidamente.

La educación junto con la crianza debe estar sujetas a aspectos afectivos como caricias, abrazos, elogios y ternura que permitan desarrollar aspectos psicológicos y emotivos saludables en el niño, mientras es instruido.

El amor que recibe un niño, le da competencias en su desenvolvimiento ante la sociedad. Este amor no solo debe corresponder a uno de los progenitores sino debe vincular a ambos, por lo que el padre debe involucrarse activamente y no dejarle toda la tarea a la madre, aunque ocurra una separación o divorcio entre ellos.

Asumir los derechos

Conocer y responder favorablemente a los derechos de los niños, niñas y adolescentes, les permite respetar sus opiniones, libertad de pensamiento y conocer que requieren una vivienda digna, una alimentación saludable, una educación de calidad, un bienestar físico y mental.

Estos derechos le permiten al niño convivir en un ambiente con oportunidades para desarrollarse física, psicológica y emocionalmente. Este es un espacio seguro y privilegiado donde los adultos cubren sus necesidades y le aman.

Limitaciones del padre

Como padres se debe reconocer las habilidades y debilidades, todos las tenemos. Pero comenzar a trabajar en las debilidades propias, es algo que nadie puede hacer por usted y requiere mucho coraje y disciplina.

Tener expectativas realistas de lo que se puede o no hacer y sus implicaciones, permite concentrarse en áreas que requieren atención. Como, por ejemplo, el tiempo mal administrado, despilfarro de dinero y explosiones de ira.

Estas cosas pueden dañar, el trabajo de toda una vida o los avances que se tenga con un hijo determinado, por lo que centrarse en si mismo y en su mejora, no tiene que ver con egoísmo sino en fortalecer su propio bienestar y el de su familia.

Metas en la crianza

Entre los aspectos que se intentan lograr con una buena crianza están la autoestima y autonomía. Estas deben surgir del niño, formando conceptos y juicios acerca de el mismo y de otros de manera apropiada.

La creatividad e imaginación debe ser incentivadas a través de actividades que permitan expresar sus sentimientos e ideas, como expresiones corporales o pintura.

Asimismo, valores como solidaridad, confianza, resiliencia y generosidad se obtienen cuando se aplican apropiadamente.

Finalmente, buscar la felicidad del niño, le permite sentir satisfacción por sus decisiones y logros, así como por su familia, lugar de pertenencia y por sí mismo.

Conclusión

El acompañamiento de los hijos durante la crianza requiere un padre comprometido, pero también un hijo que quiera ser guiado. Decir que toda la responsabilidad le corresponde al padre, es ser injustos, pero si sus decisiones juegan un papel importante en el desarrollo de los hijos.

Un bebe de 3 meses requiere de atención, estimulación y necesidades distintas a uno de 5 años, por lo que alinear las pautas de crianzas a las edades y madurez del infante es necesario. Emplear el dialogo, una buena comunicación y afectos ayuda a que el niño respete la autoridad del padre.

Emplear los juegos para fomentar valores y como herramienta de aprendizaje permite que el niño asuma y aprenda sin presiones bajo un ambiente divertido y ameno.

Una buena crianza de hijos, les permite a los padres una satisfacción y alegría que supera cualquier trasnocho, sacrificio y/o monotonía. De mi parte, fuerzas y aplausos, los buenos padres no nacen sino se forman con paciencia, disciplina y mucha valentía.

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Categorías Familia

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