La preadolescencia, es la etapa en donde se deja de ser niño y nos preparamos para entrar en la adolescencia y así convertirnos en personas adultas. En esta oportunidad, te contaremos qué es la preadolescencia, los cambios físicos y emocionales que suelen darse en esta etapa, y por ende, una de las etapas más difíciles para los padres.
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¿Qué es la preadolescencia?
La preadolescencia es la etapa que abarca el paso de la niñez a la adolescencia (inicio de la pubertad), en donde el crecimiento ocurre de manera lenta entre los 10 y 13 años de edad. Sin embargo, en las niñas suele ocurrir entre los 10 y 12 años de edad experimentando cambios físicos mucho antes que los niños, ya que en ellos suele darse estos cambios entre los 12 y 14 años de edad.
Pero entonces ¿qué es la adolescencia?
La adolescencia es la etapa en donde el joven que ya no es niño, experimenta cambios físicos, psicológicos, emocionales, sexuales y sociales significativos para convertirse en personas adultas. Esta etapa suele ocurrir entre los 11 y 13 años de edad, finalizando a los 21 años, durante este período el joven goza de una juventud plena para luego pasar a la adultez en donde las responsabilidades son mayores.
Cambios físicos en la preadolescencia
Recordemos que el cuerpo del joven ya no es como cuando era niño, experimentando cambios en su cuerpo sin alcanzar el mismo nivel de desarrollo que se aprecia durante la etapa de la adolescencia.
Estudios demuestran que las niñas suelen experimentar estos cambios físicos primero que los niños, este desarrollo expresa la necesidad que demanda el organismo de obtener las tipologías físicas y sexuales que se necesita para ser una persona adulta, sin embargo, es importante acotar que los cambios sexuales más específicos se aprecian con más fuerza durante la adolescencia.
Los cambios que suelen presentarse durante la preadolescencia, son los siguientes:
Desarrolla del pecho: se da más que todo en las niñas con un crecimiento de manera constante. Aquí se observa en primera instancia, una pequeña prominencia del pezón y de la mama en general, conocido como la aparición del botón mamario.
Crecimiento testicular: es el primer cambio más notorio que se aprecia en los niños entre los 11 y los 12 años de edad.
Vello púbico: el vello púbico en las niñas tiende salir unos meses después de que se da el desarrollo del pecho. Por otro lado, en los niños el primer vello púbico aparece unos meses después de las primeras señales de crecimiento testicular. También, durante esta etapa aparece el vello en las axilas.
Aumento de talla y masa corporal: en las niñas, el cambio comienza entre los 9 y los 10 años de edad y alcanza su pico máximo a los 12 años de edad; mientras que en los niños, el cambio se da a partir de los 9 años de edad de forma gradual y su pico máximo ocurre a los 14 años de edad.
Aparición del acné: los niños y niñas experimentan la aparición del acné en la cara, espala y algunas veces hasta en los brazos, ocasionando en ellos una baja de autoestima debido a su apariencia física.
Primera menstruación: en el caso de las niñas ocurre al final de esta etapa de desarrollo, la cual trae consigo los molestos dolores o cólicos menstruales, antes y/o durante de la menstruación, experimentando además cambios hormonales significativos.
Esta etapa se caracteriza también porque representa cambios en el avance intelectual que da origen a la evolución del niño a la fase de adolescencia, de manera natural, evidenciándose contradicciones y conductas como resultado de ese encuentro entre la inocencia del niño y los inicios del pensamiento de la etapa de madurez del adolescente.
Posteriormente, estos pensamientos de madurez podrán evolucionar hacia el pensamiento adulto, por ende, los cambios emocionales y sociales más significativos son los siguientes:
Variación de la capacidad cognitiva y apreciación del tiempo: mientras se es niño, no nos damos cuenta de las consecuencias que puedan producir nuestros actos en el futuro. Sin embrago, cuando se llega a la preadolescencia, comienza a existir una preocupación y se reflexiona acerca de las posibles consecuencias de las acciones que se ejecutan, como indicio del pensamiento maduro.
Miedos: en el caso de las niñas suele darse el miedo a su primera menstruación, la cual puede ocurrir a los 11, 12 o 13 años de edad. También se experimentan, miedos ante hacer el ridículo o pérdida del pudor y vergüenza de su propio cuerpo por los cambios experimentados; por lo que es importante el apoyo y consejo de los padres.
Identidad e imagen sobre sí mismo: los niños empiezan a preocuparse por crear y establecer una imagen ante los demás, reforzando a la vez la imagen sobre sí mismo. Tienden a preocuparse por su apariencia física y lo que están usando, marcando así la diferencia ante sus amigos. Pero también pueden ocurrir frustraciones en el preadolescente, si no se está conforme con su cuerpo, su higiene o sus hábitos.
Necesidad de intimidad: los niños comienzan a despegarse poco a poco de sus padres para empezar a pasar más tiempo con sus amigos, ó, en sus cuartos viendo televisión, leyendo un libro, escuchando música o jugando a los vídeo juegos. En realidad, en este proceso están indagando la forma de construir su propia identidad, por ende, es importante mantener fuerte los lazos afectivos y la comunicación activa con nuestros hijos.
Cambios en la manera de relacionarse con los demás: en esta etapa se ve muchas veces afectado el núcleo familiar porque se comienza a debatir la autoridad de los padres, por el deseo de tener una mayor independencia y pasar más tiempo con los amigos o realizar otras actividades de recreación.
Estos cambios del preadolescente, estimula a su vez la necesidad de formar y pasar más tiempo en grupos, trayendo como consecuencias una debilidad ante la presión social que esta implica, lo que origina que se incurra muchas veces en la práctica de hábitos dañinos para la salud, como lo puede ser la ingesta de alcohol y drogas.
Fluctuaciones en los cambios de ánimo: los niños experimentan cambios de ánimo, pueden pasar de estar alegres a un estado de tristeza también. Predominan las ilusiones, las risas, los llantos, la discusión con su yo interno; y como padres debemos aprender a manejar y asimilarlo d la mejor manera.
Efectos negativos de la preadolescencia
Como ya sabemos los niños experimentan cambios a nivel de su cuerpo (físicos), emocionales y sociales, vinculados principalmente con la imagen negativa de su cuerpo, hábitos alimenticios no saludables, dieta a causa de la sensación de estar inconforme con su cuerpo. Por lo tanto, puede traer las siguientes consecuencias:
- Retraso en el crecimiento, lo que es igual a una pubertad tardía en lo niños y niñas como consecuencia del estrés que estos cambios puedan generar en ellos.
- Trastornos de la conducta alimentaria (TCA) a futuro, producto de insuficiencias nutricionales en niños y niñas. Así mismo, puede traer como consecuencia que se originen problemas gastrointestinales.
- La inconformidad con su cuerpo, como consecuencia de elementos socioculturales derivado principalmente de la apreciación que tienen de su familia en cuanto a las actitudes y comportamientos que tienen que ver con el peso y los hábitos alimenticios del núcleo familiar.
Así mismo, las burlas y las críticas no constructivas de sus amigos y compañeros acerca de la apariencia física y su peso, trayendo como consecuencia una baja autoestima en los niños.
Consejos para los padres
Recuerda que en esta etapa el niño está en búsqueda de su “yo” interior, por lo que se encuentra indagando la forma de construir su propia identidad, siendo normal los cambios de humor, los cambios de ánimo y que sientas su distanciamiento. No obstante, quiere decir que ya no quiera a sus padres, sólo que quieren ser más independientes y autónomos, aunque no siempre escojan los caminos apropiados.
Por lo tanto, es fundamental el apoyo que le puedas brindar para orientarles a que sean personas de bien, desde la comprensión y paciencia y con todos los valores que les ha inculcado en casa desde pequeño.
Por consiguiente, demuéstrale tu amor con fuertes abrazos, aún cuando sabemos que está pasando por esa etapa de cambios difícil tanto para ellos como para nosotros los padres. Encuentra tiempo para compartir y hacer las actividades que hacían cuando era más chico, y no dejes que la tecnología te detenga, ya que si lo que le gusta al niño son los vídeo juegos, te toca aprender para que disfruten de esa experiencia juntos.
Mantente atento ante algún cambio significativo en la conducta de tu hijo, ya que de existir, la mejor manera de tratarlo es a través de la escucha activa y efectiva con tu hijo de forma natural y evitar así los enfrentamientos. Es importante dejarlos ser, pero manteniendo límites que no lo afecten, ni afecten a las personas que lo rodean; por lo tanto si no puedes solucionar el inconveniente, puedes buscar ayuda profesional.
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